8/2/14

XVII Conversos



No hay cuña más efectiva para el árbol que se quiere derribar que aquella que es de su misma madera 
(PROVERBIO)

El escritor inglés Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) se convirtió al cristianismo ya de mayor. En sus ensayos de Ortodoxia (Acantilado, 2013) se compara a sí mismo con un navegante inglés que salió a dar la vuelta al mundo en busca de un lugar apropiado donde vivir y acabó descubriendo... las islas británicas. “Soy ese hombre -dice Chesterton- que, con total osadía, descubrió lo que ya estaba descubierto”.

Me gustan los conversos, especialmente los que van de lo religioso a lo secular y viceversa. Desde su denuncia apasionada, que agudiza el sentirse que han sido engañados, nadie sabe como ellos poner en evidencia las lacras de aquello que han tenido que abandonar. Sus escritos apologéticos rezuman una mezcla del olor emponzoñado de los venenos con el sabor agridulce de los antídotos. Si no se convierten en ridículos y ofendidos agoreros vengativos -que no es el caso de Chesterton-, pueden ser, en lo que atañe a creencias, la fuente más fidedigna de información contrastada. 

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